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28 de octubre de 2013

#2 Matusalena

Hoy en el metro me he comportado como un buen cristiano, he atendido a una aturdida señora de unos seiscientos años, la señora estaba perdida en este mundo loco y tecnológico en el que vivimos, no sabía recargar su tarjeta de bono de viaje. Seguramente la última vez que fue en transporte público Manuel Azaña todavía ocupaba el gobierno. En el futuro algún chaval también se reirá de mi porque me habré quedado caduco, me ayudará a recargar mis visor de viaje y me descargará los viajes de transbordador, con un haz de luz, a mi bulbo raquídeo. La vida funciona a ciclos. Seguramente esa señora ya se reía de la gente caduca de su época, intercambiando chistosos telegramas con Gaspar de Jovellanos, porque sus meretrices no sabían cómo utilizar una tetera ¡Qué sé yo! Juventud divino tesoro.